miércoles, 6 de mayo de 2009

Solo


Muchas veces asociamos la soledad con el retiro o el aislamiento, y tomamos como antónimo el tener gente alrededor. Se entiende por definición estar solo cuando se habita un lugar o se ejecuta una acción sin compañía de otras personas. De acuerdo a esta definición, se diría que no se puede "ser" solo, sino más bien "estar" solo. Pero, ¿qué pasa cuando lo físico y lo práctico de esta palabra se traslada a lo espiritual, lo etéreo, al campo de la razón y los sentimientos? ¿Cómo se ha de medir la soledad? No es algo que nadie sepa. El problema es que no se sabe reconocer. ¿De qué sirve una compañía física si no lo es también sentimental?¿No vale más acaso un caso contrario? Conténtense con sus amistades vulgares, sus vacías conecciones, sus vagos intentos de compañía, aquellos farsantes por contrato mutuo. Aquellos que necesitan estar en contacto simulado constantemente.
¿Por qué limitarse a tal vacuidad?
Estar solo, sentirse solo, ser un solitario, poco tiene que ver con hipocresías. Al hipócrita no le importa quedar solo a causa de sus actos, no realmente. Tampoco tiene mucho más que ver con la libertad, la libertad propia, esa agridulce cuerda de la que gustamos jalar de vez en cuando. Esa cadena de iniciativas y espontaneidad que a veces choca con las ideas ajenas. Cuando eso pasa en ciclos repetidos, la compañía que podemos haber tenido comienza a dispersarse. Pareciera que no vale la pena, que es preferible limitarse y frenar esos impulsos. Así conservaremos a nuestros amigos, ¿no? Pero, si no se nos acepta tal como somos, si intentamos mimetizarnos con los demás, ¿de qué serviría tener amigos?¿Para sentirnos seguros en una gran masa uniforme?¿O sencillamente por miedo a estar "solos?
Ser consecuente y saberse único son parte de ser libre, mas no nos atan a la soledad. Sólo es cosa de tiempo, de compartir y entender, abrirse y entrar, para que la compañía, la verdadera y permanente, pueda salir finalmente a la luz. Sólo entonces se deja de estar solo.
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- Tiralíneas 005 y 01
- Papel Bond 16x21 cms
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Sabes que nadie te conoce,
nadie lo intentará siquiera,
nadie estará ahí por tí.
Aun rodeado de gente, estás solo...solo...
En tu búsqueda de libertad acabaste aislado.
No hay una mano amiga que te salve del acantilado,
del abismo en tu conciencia, de las pesadillas y las negras cortinas.
Tus ideas caen, ralas frente a la nada,
un bello lugar fuera de todo donde no existes más que tú y lo que tú has elegido.
Cuando los sentimientos se ven empañados por la indiferencia
la cazadora inmortal se vestirá de tu sombra
y nadie habrá que pueda evitarlo.
Solo...solo...

3 comentarios:

  1. "¿De qué sirve una compañía física si no lo es también sentimental?"

    Concuerdo... yo misma prefiero un alma amiga, antes que un cuerpo amante.

    El sujeto de tu ilustración está completamente aislado, ni siquiera sobre la tierra. Por conseguir libertad eso es llegar demasiado lejos, aunque no te negaría que es algo tentador.

    Te he lo he dicho varias veces, realmente me gusta como escribes. ¿Tendrá algo que ver con cómo te sientes? o tal vez son sólo ideas...

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  2. me siento tan bien cuando estoy sola que aveces creo que la soledad es mi mejor compañía XD

    cariños me gustan muchos tus dibus ^^

    Saludos Gradalis.

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  3. me encanta lo que escribiste, estoy de acuerdo, yo me siento asì, rodeada de gente, en cada momento y sin embargo la soledad me duele dentro del pecho.
    Saludos para vos y tu soledad. yosi

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