lunes, 6 de febrero de 2012

Artbook Giveaway




The prizes are 3 "Memories" art books. 3 different winners Giveaway ends 2/20

jueves, 26 de agosto de 2010

La duda pospone los vuelos...

...porque hoy soy un pájaro cipselado
que mira hacia cielos distantes pero no ajenos
con ojos de niebla y corazón de plomo.
Y el aliento perdido del cóndor matutino
me recuerda, a la fuerza, dónde tengo los pies,
puesto que los necesito para andar mañana otra vez.
Tengo una cajita de madera donde guardo la lluvia y el viento
y los vuelcos y las tardes de caramelo.
No creo que se llene jamás, porque el vacío es fuerte y mañoso
y se ha encadenado incluso a la raíz.
Soy un pájaro púrpura e hilachento
y por debajo me llegan las ráfagas desparramando mis esfuerzos,
haciendo volar mi memoria y mis esperanzas,
mezclándolas con tu imagen y el perfume que te rodea.
Ahora tengo frente a mí seis caminos,
son siete los que he dejado atrás,
y me parece que cinco hay más adelante.
Sin una mano que marque la ruta ni un abanico que quite el polvo
es como estar nadando en el pasto, en sueños, en un precioso déjà vu, en una bella mentira.
Sin una respuesta a las miradas perdidas el cielo parece tan inmenso,
tan insondable, que hasta el vuelo es acechado por el miedo,
y ya los sueños no alimentan lo suficiente.
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- Tiralíneas 005/01
- Papel bond 26x21 app.

miércoles, 14 de julio de 2010

Para contener nostalgias


La degradación...la alienación. Transiciones deshumanizantes producto de la búsqueda de nuestro ser social que terminan por aislarnos en una isla dentro de un huevo. Ahí, flotando entre yema y clara, se encuentra el hombre, sin poder ver con nitidez los límites de su propio mundo. Y qué decir del ajeno, aquel espacio inhóspito por desconocido e inalcanzable por incomprendido. No quiero rendir homenaje al ermitaño, pero al menos él conoce su suelo y su cielo. ¿Cómo podríamos pretender entender al otro sin siquiera romper el cascarón? O dicho de otra forma, ¿cómo podría una persona, incluso en díada con otra, dar a conocer su melodía única, sus fantasmas o sus carreteras insondables, si se topa en el camino con un muro de concreto? Podría quizás servir, aunque su permeabilidad sea mayor, el vidrio que bosqueja una ventana. Es un paso. Hay que hacerlo mica, papel, agua, aire, hasta que la comunicación fluya exquisita de la palabra al verso, y del verso al beso, al apretón de manos o a una seguridad envuelta en frágil papel de regalo, o mejor, envuelta en palabra. Termina así de trazarse el círculo entre concepto, sentimiento, expresión y acción. Y se abre el huevo. ¿Revueltos para el desayuno? Sí, por favor, y hasta la cena, por siempre jamás. Que así sea, porque...¿de qué sirve un abrazo si no es precedido por un tibio convenio entre miradas, o entre alientos, entre palabras? Y es ahora, entre estas líneas, cuando diviso a lo lejos aquellos ojos, que si bien tan cerca estuvieron alguna vez, tan claros en su profunda oscuridad, se encuentran ahora, obra de nosotros mismos, los más lejanos, cubiertos por una densa niebla infranqueable.
Las palabras tienen el poder de acercar, de amarrar, de crear, de inmovilizar y de matar. Que no se queden en verbo, que pasen de pensamiento a palabra y de nuevo a pensamiento para que dé vida a la mano. Que se vuelque por una canaleta el mundo interior, para que las palmas esparzan su ungüento sobre la persona del otro lado de la mesa y se dejen, a su vez, untar en acto recíproco. Si por el resultado de tan bello baile no vale la pena vivir, si no es lo más hermoso y eterno que podemos concebir, si no somos capaces de quitarle el manto de utopía con que lo hemos revestido, estamos, entonces, destinados a la infelicidad.
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- Tiralíneas 01
- Papel Fabriano
- Café

domingo, 14 de febrero de 2010

Sueños de Ajenjo


Que todo pasa por algo, puede ser. Que todo es para mejor, no lo creo, ni tampoco que todos los caminos llevan a Roma. Quizás alguno lleve a Nápoles o a algún destino perdido bajo las plumas de un bosque azul. Prefiero pensar que es uno quien marca el camino en vez de seguir una línea punteada. Quisiera dejarme llevar por una fragancia agridulce, que me guíe por senderos sinuosos donde le pierda la pista y pueda encontrarla después de la cena. Poder abrazar a los monstruos impíos y a los querubines con sonrisa de amanecer, darle la mano a Abraxas y la cara a Fortuna, andar con el mentón por delante y recibir en mis ojos al Sol y a la Luna. Recibir la enseñanza de viejos y nuevos maestros, desechar lo aprendido y empezar desde dentro con una antorcha de cuarto creciente. Y si viniera un hombre con cuervos y gatos negros a invitarme a una mascarada aceptaría gustoso su ofrecimiento, aunque eso me valiera mil noches de resaca en presencia de las Larvas. O si un monje bañado en sacrificio me convidara a compartir meses de silencio, quisiera tener la voluntad de acompañarlo y abrirme a mí mismo, de modo de poder compartir también las nuevas costas. Intentaré izar una bandera invisible para timonear mis desiciones recordando las tumbas y manteniendo vivos los sueños, para ser siempre consecuente y libre. Y si alguien quisiera unirse a mi caravana despoblada, que la intuición y la experiencia le abran o le cierren la puerta, ya que mi criterio solo nunca será suficiente.
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- Tiralíneas 005 / 01
- Papel Bond 16x21 cms
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Que la ventana no se transforme en puerta
cuando la llave sea la incorrecta.
Que no sea la ilusión migratoria,
ni en el sueñoni en la vigilia,
la que conmueva tu corazón de estaño.

sábado, 27 de junio de 2009

A este lado del Paraíso




¿Se supone que debería agradecer este regalo? A veces lo hago, lo intento. A veces no es necesario intentarlo. Pero más frecuentes son los momentos en que no veo razón para hacerlo.
No, aún no encuentro razones lo suficientemente fuertes, todavía no. Y me sigo alimentando de sueños.
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Dibujo: A este lado del Paraíso (Basado en la novela del mismo nombre, escrita por Francis Scott Fitzgerald)
- Tiralíneas 005 y 01
- Papel Bond 16x21 cms

(está en inglés.. porque así lo leí yo y copié los diálogos tal como ahí salían)
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Amory deseaba sentirse "William Dayfiel, 1864".
Se preguntaba por qué las tumbas hacían que la gente considerase la vida como cosa vana. El no podía sentir la menor desesperación por haber vivido. Todas aquellas columnas rotas, manos entrelazadas, palomas y ángeles significaban romances. Imaginaba que cien años después los jóvenes discutirían sobre si sus ojos eran oscuros o azules, y confiaba apasionadamente en que su tumba tuviera alrededor un aura de muchos, muchos años. Le parecía extraño que de todo un conjunto de soldados de la Unión sólo dos o tres pudieran sugerir amores muertos y muertos amantes, cuando todos eran como el resto, incluso bajo el musgo amarillento.

Mucho después de medianoche alcanzó a ver las torres y agujas de Princeton, una luz tardía aquí y allí..., y, de repente, de la clara oscuridad surgió el tañido de las campanas. Continuó como un sueño interminable: el espíritu del pasado que alimentaba a nuevas generaciones, la escogida juventud de un mundo trastornado e incorregible, que aún se nutría románticamente de los errores y semiolvidados sueños de políticos y poetas muertos. Una nueva generación lanzando los viejos gritos, aprendiendo los viejos credos, a través de un ensueño de largos días y noches; destinada a la postre a enfrentarse con ese sucio torbellino gris para obedecer al amor y al orgullo; una nueva generación destinada más que la última al miedo, a la pobreza y a la adoración del éxito; crecida sobre un montón de dioses muertos, guerras terminadas, creencias pulverizadas...
Amory, apenado por ellos, todavía no lo estaba por sí mismo —el arte, la política, la religión, cualquiera que fuese su medio sabía que se encontraba a salvo, libre de la histeria— y podía aceptar todo lo aceptable, vagar, crecer, protestar y dormir profundamente muchas noches...
Tenía conciencia de que Dios no estaba aún en su corazón; sus ideas eran todavía muy agitadas; prevalecía el dolor de la memoria, la pena por su perdida juventud; pero las aguas de la desilusión habían dejado un depósito en su alma, una responsabilidad y un amor a la vida, la pálida inquietud de viejas ambiciones y sueños no realizados. Pero..., ¡oh, Rosalind, Rosalind!...
—Cuando más, es una triste sustitución —dijo con honda tristeza.
Y no podía decir para qué servía la lucha, por qué había decidido hacer uso a ultranza de sí mismo y de la herencia de todas las personalidades que habían pasado...
Extendió los brazos hacia un cielo cristalino y radiante.
—Me conozco a mí mismo —dijo en voz alta—. Pero eso es todo.

(El ególatra se convierte en un personaje, Libro segundo)

lunes, 15 de junio de 2009

Sentir - Pensar




Sentir:

- Experimentar sensaciones producidas por causas externas o internas.
- Experimentar una impresión, placer o dolor corporal.
- Experimentar una impresión, placer o dolor espiritual.

comprobar distinguir notar observar percatar percibir reparar ver advertir apreciar apesadumbrarse arrepentirse compungirse deplorar dolerse lamentar tener remordimientos llorar
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Pensar:

- Imaginar, considerar o discurrir.
- Reflexionar, examinar con cuidado algo para formar dictamen.

deliberar elucubrar especular estudiar lucubrar meditar reflexionar cavilar considerar decidir madurar conceptuar creer estimar figurarse juzgar opinar suponer triturar urdir desmenuzar examinar mascar masticar mordisquear rumiar tramar

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Aprendemos a ser racionales. Aprendemos a ser lógicos, a ser entes cognitivos. A deshechar lo "innecesario" y a aferrarnos a la búsqueda de felicidad obtenible por medio de logros, de adquisiciones, de reconocimiento. Ya podemos analizar un problema con juicio propio (sea propio por que sea uno quien desarrolla la idea, o porque se hace propio tomándolo de alguien más) y somos capaces de discutir y rebatir. Podemos ejercer nuestros oficios, cumplir con nuestras labores, entender, hacernos entender o hacernos los desentendidos. Nos es posible razonar y llegar a conclusiones, digerirlas, y, según ellas, tomar decisiones. ¿Para qué, entonces, es necesario sentir? El sentimiento también guía nuestros actos, pero en forma distinta a la razón. Muchas veces en forma contraria. A veces nos obliga a cambiar bienestar físico por tranquilidad emocional. Nos confunde. Mientras la razón sólo se frustra al no poder concretar una idea, el sentimiento es mucho más volátil, le fastidian la incomprensión y las ataduras. Defiende a la razón de la represión, y luego la remece por contradecir sus intenciones. ¿Para qué sentir?¿Para qué someterse a la tormenta cuando nos espera un café caliente bajo techo y sobre tierra?¿Vale la pena? Quizás. Si queremos vivir embriagados de novedad y de suave algarabía. Si estamos dispuestos a que sea la pasión la que estructure la idealización hecha material por nuestras manos. Quizás. Si queremos vivir.
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Dibujo: Perdición
- Tiralíneas 005 y 01
- Papel Bond 16x21 cms
- Lápices de color
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No, no sé qué fue.
Sólo recuerdo haber sentido su fría calidez sobre mi rostro,
mientras un chirrido tranquilizador paralizaba mis sentidos
y su mirada me robó mis recuerdos más queridos
y avivó mis peores temores futuros.
Llenábase la fuente de amor ceniciento
y se quebraban los espejos frente a sí mismos.
A lo largo de un negro túnel avanzaba aquel pez,
subiendo, torciendo aquí, sube de nuevo, baja un poco
y vuelve a subir, enfrentando la luz y luego a otro túnel.
No hay más,sólo seguir nadando de ida y vuelta, sufriendo,
disfrutando esta agonía
y avalando mi anatema.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Solo


Muchas veces asociamos la soledad con el retiro o el aislamiento, y tomamos como antónimo el tener gente alrededor. Se entiende por definición estar solo cuando se habita un lugar o se ejecuta una acción sin compañía de otras personas. De acuerdo a esta definición, se diría que no se puede "ser" solo, sino más bien "estar" solo. Pero, ¿qué pasa cuando lo físico y lo práctico de esta palabra se traslada a lo espiritual, lo etéreo, al campo de la razón y los sentimientos? ¿Cómo se ha de medir la soledad? No es algo que nadie sepa. El problema es que no se sabe reconocer. ¿De qué sirve una compañía física si no lo es también sentimental?¿No vale más acaso un caso contrario? Conténtense con sus amistades vulgares, sus vacías conecciones, sus vagos intentos de compañía, aquellos farsantes por contrato mutuo. Aquellos que necesitan estar en contacto simulado constantemente.
¿Por qué limitarse a tal vacuidad?
Estar solo, sentirse solo, ser un solitario, poco tiene que ver con hipocresías. Al hipócrita no le importa quedar solo a causa de sus actos, no realmente. Tampoco tiene mucho más que ver con la libertad, la libertad propia, esa agridulce cuerda de la que gustamos jalar de vez en cuando. Esa cadena de iniciativas y espontaneidad que a veces choca con las ideas ajenas. Cuando eso pasa en ciclos repetidos, la compañía que podemos haber tenido comienza a dispersarse. Pareciera que no vale la pena, que es preferible limitarse y frenar esos impulsos. Así conservaremos a nuestros amigos, ¿no? Pero, si no se nos acepta tal como somos, si intentamos mimetizarnos con los demás, ¿de qué serviría tener amigos?¿Para sentirnos seguros en una gran masa uniforme?¿O sencillamente por miedo a estar "solos?
Ser consecuente y saberse único son parte de ser libre, mas no nos atan a la soledad. Sólo es cosa de tiempo, de compartir y entender, abrirse y entrar, para que la compañía, la verdadera y permanente, pueda salir finalmente a la luz. Sólo entonces se deja de estar solo.
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- Tiralíneas 005 y 01
- Papel Bond 16x21 cms
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Sabes que nadie te conoce,
nadie lo intentará siquiera,
nadie estará ahí por tí.
Aun rodeado de gente, estás solo...solo...
En tu búsqueda de libertad acabaste aislado.
No hay una mano amiga que te salve del acantilado,
del abismo en tu conciencia, de las pesadillas y las negras cortinas.
Tus ideas caen, ralas frente a la nada,
un bello lugar fuera de todo donde no existes más que tú y lo que tú has elegido.
Cuando los sentimientos se ven empañados por la indiferencia
la cazadora inmortal se vestirá de tu sombra
y nadie habrá que pueda evitarlo.
Solo...solo...